La Cueva del Niño (Ayna)
"La cuna del arte rupestre albaceteño"
Pinturas rupestres
La Cueva del Niño se encuentra en el término municipal de Ayna, en la provincia de Albacete en plena Sierra de Alcaraz y del Segura. Alberga en su interior numerosas pinturas rupestres que forman parte de nuestra historia.
domingo, 15 de enero de 2012
Conoce la Cueva del Niño
Nombre de valor | “La Cueva del Niño” |
Localidad | Ayna |
Provincia | Albacete |
Fechas (si procede) | Pinturas que datan entre los años 16500 a.C y 7000 a.C |
Acceso por carretera | Partiendo de Ayna, Carretera Nacional CM-3203 dirección a Elche de la Sierra durante 16 Km. Se desvía una pista forestal que hay que recorrer durante otros 2 Km en coche. El resto del recorrido se debe hacer a pie durante unos 45 minutos. |
Naturaleza | En nuestro recorrido hacia la cueva estaremos rodeados de encantadores rincones ideales para la contemplación y el relax. La gruta se encuentra en una zona de cortados fluviales, a la orilla del rio Mundo, protegida de los vientos dominantes por la propia pared rocosa y rodeada de un paisaje extraordinariamente agreste con una gran diversidad de fauna y vegetación especialmente atractiva para los amantes de la naturaleza más salvaje. Las temperaturas medias anuales se sitúan en torno a los 15 ºC, siendo el mes más frío enero, con 5,6 ºC de media, y el mes más cálido agosto, con 24,9 ºC. Las precipitaciones anuales fijan su media en 430 mm. |
Características | Yacimiento con varios niveles arqueológicos, que según sus excavadores pertenecerían al final del Paleolítico Medio, a la segunda mitad del Paleolítico Superior, y al Epipaleolítico y Neolítico. La cueva fue descubierta en 1970 y en su interior se hallaron diversos restos de estas épocas. |
Valores destacables | Pinturas rupestres y otros restos arqueológicos. |
Valores educativos | Exposición de las pinturas, historia. |
Otras actuaciones sobre el mismo objeto | Proyectos y conservación. |
Otras actuaciones en el mismo territorio | Disfrutar de la fauna y flora del entorno, conocer los pueblos de alrededor, senderismo… |
“La Cueva del Niño”
“La Cueva del Niño” se encuentra en el término municipal de Ayna, en la provincia de Albacete, en plena Sierra de Alcaraz y del Segura. Está situada a la orilla del río Mundo, entre los picos Halcón (1232 m.) y Albarda (1254 m.).
La cueva es un yacimiento de arte rupestre que alberga numerosas pinturas prehistóricas y que es considerada como la cuna del arte rupestre albaceteño. Tiene unos 60 metros de profundidad y se divide en dos salas, una exterior y otra interior. Se accede por una pequeña entrada que en la actualidad no posee más de un metro de altura.
En una de las paredes de la sala exterior podemos encontrar el panel principal de unos 2 metros de largo cuyas pinturas se pueden ver iluminadas tenuemente por la luz diurna debido a la cercanía de la entrada. Una característica destacable de este tipo de pinturas es que son las más antiguas puesto que datan aproximadamente entre los años 16500 y 15500 a.C. de finales del periodo Solutrense o inicios del Magdaleniense y propias de otras zonas de España, lo que pone de relieve el carácter excepcional del yacimiento. El panel se compone de 8 figuras de animales, entre los que encontramos ciervos, cabras y caballos además de una figura antropomorfa.
En una de las paredes de la sala exterior podemos encontrar el panel principal de unos 2 metros de largo cuyas pinturas se pueden ver iluminadas tenuemente por la luz diurna debido a la cercanía de la entrada. Una característica destacable de este tipo de pinturas es que son las más antiguas puesto que datan aproximadamente entre los años 16500 y 15500 a.C. de finales del periodo Solutrense o inicios del Magdaleniense y propias de otras zonas de España, lo que pone de relieve el carácter excepcional del yacimiento. El panel se compone de 8 figuras de animales, entre los que encontramos ciervos, cabras y caballos además de una figura antropomorfa.
A la derecha de la sala se abre un estrecho paso a otra cavidad mucho más pequeña, la sala interior. Esta cuenta con otras tres figuras, un caballo, una cabra y lo que parece ser una serpiente.
En la entrada de la cueva encontramos un tercer panel, de arte levantino (7000años a.C.), compuesto por tres figuras humanas en posición de caza.
Además de las pinturas, en la cueva también se hallaron otros restos arqueológicos de gran trascendencia como útiles de piedra o una vasija del periodo Neolítico con forma ovoide, decorada con incisiones geométricas y que actualmente está expuesta en el museo provincial de Albacete.
El sofisticado cerebro de los Neandertales
Un rostro tosco, casi sin barbilla, con una gran nariz, piernas cortas y un cuerpo robusto. El retrato de los neandertales, a partir del análisis de sus huesos, ha cimentado la idea de que aquellos humanos que vivieron en Europa desde hace 230.000 y hasta hace 28.000 años, eran torpes, incapaces de progresar y, por tanto, sucumbieron ante la llegada, desde África, de una especie mucho más inteligente, la nuestra.
Pero este egocéntrico retrato de la historia se tambalea tras los hallazgos que se han producido en los últimos años. El más reciente, unos adornos corporales realizados con conchas y recipientes para guardar sus pinturas decorativas que han sido encontradas en Murcia por el equipo del investigador portugués Joao Zilhao, actualmente en la Universidad de Bristol.
Estas piezas del rompecabezas neandertal se suman a otras que representan a unos seres humanos que no eran nada tontos y que, probablemente, acabaron extinguiéndose por un crisol de factores como el cambio en el clima, su dispersión geográfica, una población genética muy pequeña y, ya en su declive, la llegada de competencia.
Hoy sabemos que se comunicaban entre ellos (tienen el gen FOX P2 del lenguaje, pero se desconoce si su capacidad lingüística era como la del 'Homo sapiens'), que vivían en bandas dentro de cuevas-campamento que acondicionaban y que cubrían el suelo con pieles , como ha comprobado el director del IPHES, Eudald Carbonell, en el yacimiento de Abric Romaní en Capellanes (Barcelona); también usaban trípodes para asar la caza que acompañaban con frutos recolectados. Sabemos que enterraban a sus muertos y, en 2009, el norteamericano Metin Eren incluso defendía en un trabajo que sus herramientas fueron más eficientes y duraderas que las de los sapiens.
Todo ello no ha hecho sino echar leña a un debate que no cesa en torno a su capacidad de innovar o solamente copiar lo que hacían los vecinos recién llegados.
Los adornos encontrados por el equipo de Zilhao en la cueva de los Aviones y la de Antón, publicados en 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS), podrían poner fin a la polémica. "Estas decoraciones corporales indican un pensamiento simbólico hace 50.000 años, 10.000 años antes que de llegaran los 'sapiens' a Europa, así que no les pudieron copiar. Y son adornos que identifican a las personas, lo que indica que tenían redes sociales complejas. También fabricaban un pegamento mediante un sofisticado proceso con calor. Todo ello evidencia que sus cerebros eran como los nuestros", dice Zilhao.
El paleontólogo luso está entre los defensores de la conocida como teoría indigenista, que defiende que entre ambas humanidades hubo intercambio genético, dado que eran especies casi iguales. Es decir, que los neandertales fueron absorbidos y dejaron su huella. Esto es algo que, de momento, el ADN prácticamente ha descartado.
"Puede que se cruzaran sin tener descendencia", apunta el arqueólogo Enrique Baquedano. Para este experto, director del Museo Arqueológico de Madrid, la polémica sigue: "No creo que los neandertales hicieran herramientas más sofisticadas. Los 'sapiens' tenían flechas y arcos, lo que les permitía atacar y defenderse a distancia. Los yacimientos neandertales más avanzados son los chapelterronienses, muy tardíos, y pudieron ser fruto del intercambio cultural", apunta dando alas a la teoría de la copia.
El catedrático Valentín Villaverde, de la Universidad de Valencia, coautor del hallazgo con Zilhao, sin embargo, cree que las diferencias son adaptativas: "Hay un fondo común en el origen del simbolismo, de un antepasado lejano de ambas especies, pero la evolución dependió de factores externos e internos. Su capacidad cognitiva era la misma, pero los neandertales eran pocos y dispersos;puede que no tuvieran arcos porque no habían llegado a desarrollarse hasta ese punto cuando desaparecieron. Ellos eran eficaces en la caza. Su derrota no fue por su incapacidad, sino por las circunstancias», defiende el experto.
Es lo mismo que defiende Carbonell:"Si el 'Homo heilderbergesis', hace 400.000 años, ya tenía un comportamiento simbólico, no me sorprende nada que lo tengan los neandertales, que ya hacían grabados y son una forma de escritura incipiente. Ya el enterramiento en la Sima de los Huesos de Atapuerca fue consciente, y ello ya es simbólico. Sin diferencias físicas, serían igual que nosotros. Pero tenían muchos factores en contra y hubieran desaparecido con o sin 'sapiens'", asegura.
Su colega Antonio Rosas, paleobiólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales, que codirige las excavaciones en la cueva de El Sidrón (Asturias), es más cauto. "Me creo el último hallazgo en un 95%. Yo creo que ambas especies son humanidades distintas y sus capacidades debían ser diferentes. Quizá la datación de las conchas varíe con nuevas técnicas o quizá la cueva estuvo sumergida en el mar y todo se movió. También puede que la naturaleza inventara lo mismo dos veces", argumenta.
Rosas no niega que sigue el debate porque en el registro arqueológico siempre falta información. "Lo analizamos como el escenario de un crimen, pero no tenemos nunca testigos que nos confirmen lo que vemos", apunta.
"Se trata de entender que hubo otra forma de ser humano y que somos únicos por casualidad. Ellos vivían felices en Europa y llegaron unos de África y se extinguieron, pero hubo muchos factores en esa desaparición y los cromagnones sólo les dieron el tiro de gracia", concluye.
Periodico El Mundo 19/01/2010: Rosa M. Tristán | Madrid
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